This article by Richard Wolff was originally published in English on Truthout.org. Este artículo por Richard Wolff fue publicado originalmente en inglés en Truthout.org.
El Capitalismo tiene una larga y fea historia de criminalizar a los inmigrantes...
This article by Richard Wolff was originally published in English on Truthout.org. Este artículo por Richard Wolff fue publicado originalmente en inglés en Truthout.org.
El Capitalismo tiene una larga y fea historia de criminalizar a los inmigrantes.
El patrón se ha repetido a menudo. Por ejemplo: el empuje capitalista e imperialista británico ayudó a forzar a los irlandeses, en su calidad de vasallos coloniales, a emigrar. Condiciones coloniales miserables, incluyendo horrendas hambrunas, llevaron a los irlandeses a trabajar para los capitalistas en Inglaterra por salarios menores que los que ganaban los obreros ingleses. Los obreros ingleses se encolerizaron y chocaron con los inmigrantes irlandeses más de lo que pelearon contra el sistema colonial que los había traído.
Los capitalistas británicos reconocieron un útil efecto colateral de importar obreros de salarios bajos. Diferenciaba a los empleados por nacionalidad de origen y a veces también etnicidad. Algunos trabajadores ingleses resentían la presión a rebajar los salarios y las condiciones de trabajo, casas y vecindarios sobrepoblados y servicios públicos inadecuados y sobresaturados. Muchas veces no veían la inmigración como una organización capitalista alentada por las ganancias sino que culpaban a los mismos inmigrantes. Los políticos británicos reforzaban esa forma de pensar mientras buscaban financiamiento de esos capitalistas y votos de los obreros ingleses. Del mismo modo, los medios dirigidos por las ganancias, los periodistas que contrataban y los académicos sumisos a menudo promovían nociones de que los emigrantes representaban costos económicos palpables y ajustes sociales dificultosos impuestos a la población. Estas nociones desviaban el resentimiento de los obreros acerca de su situación económica hacia convertir la inmigración y los inmigrantes en chivos expiatorios. En pocas palabras: la inmigración se hizo una estrategia de "divide y vencerás" del capital contra la fuerza laboral muy fácil de implementar.
Para agravar las cosas, algunos líderes británicos reclamaban a los trabajadores ingleses por su "intolerancia" o "prejuicio" contra los irlandeses. Estos reclamos los "elevaban" sobre el conflicto de recriminación mutua entre los obreros ingleses e irlandeses. Partes de las clases altas gozaban considerándose como más "tolerantes" y menos "prejuiciosos". El británico replicaba su historia irlandesa con sus otros "súbditos coloniales" en Asia, África y Suramérica. Lo mismo aplica para varios explotados coloniales franceses, hispanos, portugueses, holandeses, alemanes e italianos. Una historía paralela caractriza la larga experiencia inmigratoria de los EEUU, así como la esclavitud para hacer frente a la recurrente escasez en la mano de obra del Capitalismo.
Después de que el colonialismo formal fue derrotado (Oficialmente) en el siglo 20, la realidad económica pos-colonial cambiaron lentamente o nada. La profunda pobreza más las dificultades económicas, inequidad y la continua subordinación a los antiguos amos colonialesmantuvo la inmigración en la agenda de mucha gente. Aquellos que partieron para convertirse en inmigrantes encontraron en sus nuevos hogares las mismas viejas divisiones, hostilidades y culpabilizaciones.
Los tiempos modernos ofrecen más ejemplos. Los EEUU repetidamente socavan las condiciones básicas de vida en su colonia de facto: Puerto Rico, llevando a millones a mudarse a la metrópolis. AHí, repetidamente encuentran todo tipo de discriminaciónes, abusos y culpabilizaciones. El dominio económico de los EEUU sobre México y Centroamérica como colonias informales -- intensificado por el NAFTA -- produjo el mismo resultado, pero en una escala mayor. Los capitalistas de los EEUU usaron a los inmigrantes latinoamericanos como medio de ejercer presión a la baja en los salarios y las condiciones de trabajo, con el usual resultado anti-inmigratorio.Siguiendo el patrón colonial europeo, algunos en las élites corporativas y del gobierno de los EEUU se congratulan por denunciar la culpabilización, la intolerancia, etc.; y calificando aquellos con esas actitudes como "deplorables".
Desde los años 70, la notable relocación de capital de us viajos centros en la Europa Occidental, Norteamérica y Japón a los nuevos centros en China, India, Brasil y más allá; ha provocado nuevas migraciones. La industrialización de los nuevos centros y los conflictos políticos y militares asociados han transformado traumática y rapidamente (En tiempo histórico) las vidas de millones de y estimulado enormes migraciones laborales -- tanto interegional como internacional.
La emigración traumatiza a la mayoría de aquellos separados de sus hogares, trabajos, familias y comunidades. Las condiciones extremas empujan a los emigrantesa huir, especialmente hacia sitios de los cuales conocen muy poco. El desarrollo desigual del Capitalismo, aunado con su afán de colonialismo, ha producido consistentemente las condiciones extremas y la extrema inequidad que sostiene las oleadas sucesivas de migración.
Una "cura" real para los horrendos procesos de migración reside en la confrontación real del desarrollo desbalanceado del Capitalismo. Por ejemplo: la inversión podría dirigirse no hacia donde los beneficios son mayores, sino más bien hacia las áreas donde la necesidad de esa inversión es mayor. Lo razonable sería que la pobreza y la marginalidad pongan un freno a la paz (Y, por lo tanto, al desarrollo económico), lo que sobrepasa la ganancia privada capitalista en términos de bienestar social. Otro ejemplpo: el pleno empleo -- A través del Gobierno cuando el empleo privado sea insuficiente -- podría convertirse en un fondo prioritario en todas partes parcialmente como un contenedor de la emigración.
Otro ejemplo más: gravar la extrema riqueza podría proveer recursos significativos adicionales para la inversión en las áreas más pobres. Al mismo tiempo, el gravamen progresivo puede de la misma forma prevenir que los recursos que fluyen hacia las regiones más pobres reproduzcan ahí las grandes inequidades que históricamente acompañan al desarrollo capitalista. Un indicio de las magnitudes envueltas: consideren el reporte Oxfam de 2016que muestra que la riqueza combinada de los 62 individuos más ricos excede la riqueza combinada de la mitad más pobre de la población mundial (3.5 millardos de personas). Seriamente podríamos enfrentar la migración redistribuyendo esa riqueza. Si la redistribución se combina con un Capitalismo reorganizado y regulado --o, al fin, la transición a un sistema no capitalista y menos signado por la inequidad -- podría hacerse aún más.
El Capitalismo siempre entraña migraciones de capital y trabajo. Además entraña -- Como el trabajo de Marx, Piketty y otros lo ha postulado -- una tendencia continua hacia la inequidad en riqueza e ingresos, aunados a ciclos recurrentes de recesión y depresión. Las masas de gente golpeada por los ciclos y las inquidades han movilizado ocasionalmente coaliciones políticas a moderarlas o a revertirlas temporalmente. Por ejemplo: la Gran Depresión de los años 30 permitió una poderosa movilización desde abajo por una coalición de sindicatos y partidos socialistas y comunista. Esa coalición forzó al presidente Roosevelt y al Congreso a tomar las medidas del "Nuevo Pacto". De los años 30 a los 70, la tendencia del Capitalismo hacia la inequidad de riqueza e ingreso se revirtió temporalmente y los ciclos se moderaron.
El presidente Reagan marcó la re-emergencia y el retorno a la dominancia del capital privado en vez del intervencionismo del estado de los años 30 a los 70. Todo esto fue conseguido por "la desregularización y la privatización" -- La destrucción de las políticas del "Nuevo Pacto". La destrucción del partido comunista, pos II Guerra Mundial, orquestado por el Gobierno; seguido por los partidos socialistas y entonces la más lenta, destrucción de los sindicatos asegurando las condiciones políticas e ideológicas para deshacer el "Nuevo Pacto". El capitalismo privado renovó sus tendencias clásicas hacia la inquidad en riqueza e ingreso, los ciclos y la migración de capital y trabajo resultantes.
Los conflictos contemporáneos acerca de la migración repiten un viejo patrón cuyas horrendas consecuencias que debieron habernos estimulado hace tiempo a volcarnos hacia el tipo de solución mencionados. En vez de eso, vemos y oímos otra vez acerca de construir murallas, expulsar a migrantes indocumentados, denunciar intolerantes "deplorables", etc. El manido y pernicioso debate acerca de la inmigración se reasume porque el sistema económico subyacente reproduce el problema.
Los líderes y los defensores de ese sistema esperan que los últimos emigrantes sean absorvidos eventualmente por el crecimiento económico basado en la ganancia. Asimismo esperan que ni los inmigrantes ni los no-inmigrantes culpen al sistema por todos sus sufrimientos y pérdidas durante esa absorbción. Se han acostumbrado a esperar que esta generación de inmigrantes, una vez absorvidos, culpe a la siguiente generación de inmigrantes. Cuando se tabulan los costos sociales del Capitalismo, el daño repetido hecho por las migraciones que ha provocado amenaza grandemente.
Traducido por Rafa Gómez, d@w Translation Team. Clic aquí para leer más artículos en español.
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