Los Teóricos Económicos: Los Altos Sacerdotes del Capitalismo

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This article by Richard Wolff was originally published in English at Truth-out.org. Este artículo por Richard Wolff fue publicado originalmente en inglés en Truth-out.org.
 
La gente siempre ha elegido entre las diferentes teorías económicas coexistentes para comprender el mundo y actuar en él...
 
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This article by Richard Wolff was originally published in English at Truth-out.org. Este artículo por Richard Wolff fue publicado originalmente en inglés en Truth-out.org.
 
La gente siempre ha elegido entre las diferentes teorías económicas coexistentes para comprender el mundo y actuar en él. ¿Quién elige cual teoría, de manera consciente o no, da forma a la historia del mundo? Los desacuerdos sobre Brexit surgieron en parte por diferentes formas de entender la economía británica y su relación con Europa. El apoyo para Donald Trump crece en parte por las diferentes teorías económicas utilizadas por los partidarios de Hillary Clinton o de Bernie Sanders. La política global del siglo pasado se arremolino alrededor de diferentes teorías sobre las diferencias entre el capitalismo y el socialismo. Las luchas políticas a menudo reflejan teorías económicas chocantes y las estrategias políticas frecuentemente incluyen convirtiendo una teoría como la dominante y marginando o silenciando a otras.
 
Para apreciar las opciones de las teorías económicas que enfrentan al mundo capitalista y la política global de hoy, ayuda ver como decisiones paralelas han formado a las economías pre-capitalistas. Por ejemplo, en donde el sistema económico basado en esclavitud en propiedad ha existido (solo o junto con otros sistemas), la gente ha construido teorías acerca de por que existía el sistema de esclavitud, como funcionaba, etc. Lo mismo es cierto de todos los demás sistemas económicos (feudales, capitalistas, etc.). Cada sistema incluye siempre a gente que quería y evaluaba altamente al sistema y a gente que lo odiaba y se oponía a él, así como a gente que se posicionaba entre estas dos posiciones. Las evaluaciones de los individuos eran por lo general consistentes con sus explicaciones. La gente eligió entre las teorías que, o bien exaltaban las virtudes del sistema o criticaban sus defectos y fallas, o se posicionaban en algún punto intermedio. En breve, la línea entre la evaluación y la teoría siempre ha sido - y lo es hoy - borrosa y porosa. Aquellos que insisten que sus evaluaciones y teorías no se determinan mutuamente por lo general desdibujan esa línea más.
 
Teóricos de la economía altamente colocados generalmente evalúan el sistema imperante en la sociedad de manera muy positiva y construyen teorías que lo celebran. Esos teóricos son los altos sacerdotes de cada sistema: la realeza, clérigos, académicos, políticos y / o voceros de los medios, que dependen de las instituciones particulares de cada sistema. Por lo general, estos insisten que su teoría es la "la verdad de Dios" o "científicamente verificada" o que cumple con algún otro criterio de verdad absoluta. Cuando tales sacerdotes altos siquiera reconocen teorías económicas alternativas, usualmente las descartan como simplistas, mal informadas, y/o como comprobantes de segundas intenciones malignas.
 
Los altos sacerdotes de la esclavitud definieron su sistema económico como la producción y distribución de bienes y servicios a través de la “colaboración” entre los esclavos y sus amos. Los altos sacerdotes creían que observaban a esclavos que trajeron la energía, la fuerza muscular y el esfuerzo físico para el proceso de trabajo, pero que eran "incapaces" de concebir o de organizar las complejidades de la producción. En esas funciones clave, los altos sacerdotes observaron a los amos como personas "intrínsecamente superiores" que contribuyeron el "dominio" que “proporciono los puestos de trabajo” para los esclavos. De tales observaciones, los altos sacerdotes llegaron a la conclusión de que la distribución de los productos debería favorecer a los maestros. Sus ingresos enormes sostenían aquellos estilos de vida que reproducían el “dominio” de los “amos”: su capacidad para organizar y dirigir la producción de los esclavos y la sociedad de esclavitud en general. La contribución de producción mucho menor de los esclavos necesitaba y justificaba que ellos recibieran menos porciones lo que producían.
 
Tanto en la esclavitud y el feudalismo, las sucesivas generaciones de sacerdotes altos incluyeron a los que discutían en dirección inversa.
 
De hecho, con la exclusión de los esclavos de casi todo el diseño, iniciación, y funciones directoriales y de administración de de producción (o incluso de lectura básica) reforzaron las observaciones de los altos sacerdotes. El hecho de exclusión a largo término fue ignorado a favor de la inferencia conveniente que solo los amos poseían la maestría requerida para desempeñar estas funciones. Muchos esclavos hicieron observaciones similares y llegaron a conclusiones similares, mientras que otros mantenían su desacuerdo en silencio o se rebelaron contra el sistema. Los altos sacerdotes reforzaron un sistema que a su vez reforzaba sus observaciones, su teoría económica elegida, y su evaluación de este sistema.
 
Del mismo modo en el feudalismo, señores creyeron, y sus altos sacerdotes observaron y enseñaron, que las contribuciones de los señores a la producción – la señoría - eran enormes, únicas e importantes, mientras que la de la masa de siervos fue humilde a comparación. El sistema feudal distribuyo la riqueza y la pobreza, el poder y el acceso a la educación y la cultura en correspondencia a estas creencias.
 
Tanto en la esclavitud y el feudalismo, las sucesivas generaciones de altos sacerdotes también incluyo aquellos que discutían en la dirección inversa. Observaron los ingresos consistentemente altos y la riqueza acumulada de los maestros y amos y convenientemente inferían la importancia y su contribución mayor al volumen de producción de esclavitud y feudal respectivamente. Conforme se observaban ser los ingresos de esclavos y siervos inferiores a los de los maestros y amos, los altos sacerdotes infirieron contribuciones correspondientes al volumen de producción. Razonando en cualquier dirección, los altos sacerdotes repitieron sin cesar que diferentes contribuciones productivas inherentes explicaban y justificaban la desigualdad de distribución de volumen de producción.
 
Profesores de economía de corriente principal en mayoría han replicado los esfuerzos de altos sacerdotes anteriores de la esclavitud y del feudalismo.
 
Las revoluciones capitalistas e intervenciones que derrocaron sistemas de esclavitud y feudal generalmente atacaron distribuciones desiguales de riqueza y poder de esos sistemas. Trataron de “emancipar” a la gente de esa desigualdad. Los ejemplos incluyen la proclamación de Lincoln acabando con la esclavitud, el lema de la Revolución Francesa “liberte, egalite, fraternite,” y la constante invocación del capitalismo contemporáneo de la “democracia” como su objetivo, propósito, y compromiso más profundo. Sin embargo, en cualquier lugar en donde el capitalismo ha llegado a prevalecer, pronto ha quedado claro que la desigualdad del ingreso, la riqueza y el poder son características que el capitalismo comparte con los sistemas de esclavitud y de feudalismo. El capitalismo también imita a sus altos sacerdotes.
 
Los altos sacerdotes del capitalismo han sido en general más secular que sus predecesores. En lugar de las iglesias y religiones, los colegios y las universidades comprenden su marco institucional. Los altos sacerdotes del capitalismo probablemente son profesores, entre ellos especialmente los "economistas de la corriente." Justifican y racionalizan la distribución de riqueza e ingresos (y también del poder y acceso a la cultura) muy desigual del capitalismo. Así, el "dominio" del maestro y el "señorío" del señor feudal vuelven a aparecer como el "espíritu empresarial" que los economistas ortodoxos creen observar como contribución hecha exclusivamente por los capitalistas. La exclusión de los trabajadores de casi todas las funciones de diseño, de iniciación, directorial y de gestión dentro de la producción capitalista (y del aprendizaje o la adquisición de credenciales en ellas) continúan fomentando tales observaciones.
 
Los profesores utilizan la capacidad empresarial para explicar y justificar la gran riqueza y los ingresos de los capitalistas en relación con la de sus empleados. El espíritu empresarial es "más productivo" que el mero trabajo de los empleados. Con el tiempo, los economistas y los políticos, periodistas y el público en general al que alcanzan también han razonado en la dirección inversa. Es decir, ellos infieren la iniciativa y productividad empresarial de sus observaciones de las grandes porciones que toman los capitalistas de la producción total. De cualquier manera, los economistas convencionales reafirman el enlace deseado: los ingresos y la riqueza de los capitalistas son determinados por sus contribuciones particulares superiores a la producción. En la teoría económica dominante, los capitalistas no sólo están estafando a sus empleados.
 
En y para la teoría económica enfocada en el excedente, la esclavitud, el feudalismo, y el capitalismo son profundamente iguales en una división social básica.
 
¿O son? Teóricos disidentes de la esclavitud, el feudalismo y el capitalismo – aquellos usualmente excluidos del sacerdocio alto—han observado a menudo diferentemente la producción y su distribución. Las teorías económicas particulares que ellos construyen reflejan evaluaciones negativas de los tres sistemas. Un punto focal, clave y compartido a menudo, formulado más claramente y explícitamente por Karl Marx para el capitalismo, es la idea del excedente. En cada sistema, sus disidentes argumentan, que la masa de los trabajadores produce más volumen de producción total de lo que 1) se les regresa a ellos para su consumo y reproducción y 2) de lo que se utiliza para reemplazar los medios utilizados durante la producción. La diferencia entre la producción total y la suma de 1 más 2 se define como el excedente. Las personas distintas de los trabajadores, es decir, los maestros, amos, y capitalistas, toman ese excedente. Ellos lo toman como si este les perteneciera.
 
Leyes particulares, la fuerza del gobierno, la cultura y la ideología (incluyendo teorías económicas) sirven en cada sistema para asegurar ese excedente: su producción por la mayoría y su apropiación por parte de una minoría. Para asegurar la reproducción de los sistemas capitalistas, es importante el no teorizar a los capitalistas como apropiadores de un excedente producido por otros. Es importante teorizar a los capitalistas más bien como contribuyentes de un espíritu empresarial apropiadamente premiado. Trabajando para este mismo fin es la teoría de que las recompensas a los capitalistas fluyen de su haber "contribuido" el capital. Los críticos han respondido fuertemente que dicho capital es sólo el excedente tomado por los capitalistas en algún momento anterior. Los críticos del mismo modo pueden burlarse de este "espíritu empresarial" como una invención sospechosamente conveniente, el tercer gran misterio de la teoría económica (al lado de "dominio" y "señorío") que ha disfrazado y justificado la apropiación de excedentes de parte de las minorías dominantes en, respectivamente: el capitalismo, la esclavitud, y el feudalismo.
 
En y para la teoría económica enfocada en el excedente, la esclavitud, el feudalismo, y el capitalismo son profundamente iguales en una división social básica. Una clase produce el excedente y otros lo apropian y distribuyen (especialmente a sí mismos).
 
A medida que el capitalismo global genera cada vez mayores desigualdades, inestabilidades y problemas, este mismo y sus altos sacerdotes se enfrentan a una oposición creciente.
 
Entonces, ¿qué es el capitalismo "realmente"? Cada respuesta a esta pregunta depende de la(s) teoría (s) que informa(n) a la persona o grupo que esta respondiendo. Los altos sacerdotes y los disidentes observan y teorizan de diferentes maneras reflejando sus posiciones muy diferentes en, experiencias con y evaluaciones de cada sistema. No existe una sola respuesta a la pregunta de lo que cualquier sistema es; nunca hubo una sola respuesta.
 
Todos los sistemas moldean varias teorías en conflicto, que surgen de las contradicciones y efectos de cada sistema. Cuando los altos sacerdotes en cualquier sistema económico presentan su teoría escogida como una verdad absoluta, es sólo otro intento de silenciar a los defensores de las teorías alternativas. Tales esfuerzos plantean con razón preguntas difíciles y profundas sospechas acerca de la verdad que dicen servir.
 
En muchas partes del mundo hoy en día, los altos sacerdotes del capitalismo trabajan sistemáticamente para excluir teóricos alternativos de posiciones de influencia en el mundo académico, los medias de comunicación y la política. Palabras insinceras a valores abstractos de debate libre entre los puntos de vista alternativos, a un mercado de ideas libre, etc., son desmentidas por la marginación social de la teoría de los excedentes y sus teóricos. Los altos sacerdotes silencian a los teóricos alternativos como parte de su servicio tradicional al sistema económico dominante.
 
A medida que el capitalismo global genera cada vez mayores desigualdades, inestabilidades y problemas, este y sus altos sacerdotes se enfrentan a una creciente oposición y sospecha junto con el aumento de interés en y las demandas a favor de las teorías económicas criticas del capitalismo. El destino que la historia finalmente impuso a la esclavitud, el feudalismo y sus altos sacerdotes espanta a los altos sacerdotes del capitalismo hoy.
 
Traducido por Jorge Diaz, d@w Translation Team. Derechos de autor, Truthout. No puede ser reimpreso sin permiso.

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